Hay fotos que uno sueña y otras que se encuentra. También hay veces en los que no esperas poder encontrarte según qué foto. Eso es lo que me pasó en mi viaje a Islandia este año con la Luna. Sigue leyendo y te cuento cómo hice esta fotografía.
Era el último día del viaje fotográfico por el sur de Islandia. Debido al mal tiempo, a la ida no pudimos ir a la playa de Reynisfjara, una de las más famosas y bonitas por sus rocas volcánicas metidas dentro del mar. Así que a la vuelta teníamos otra oportunidad. La idea era fotografiar la puesta de sol.
A lo largo del viaje me percaté de un fenómeno, que en otras latitudes no sucede nunca, pero que allí en Islandia ya había visto en más de una ocasión y es que la Luna sale durante varios días seguidos a la hora azul, es decir, al poco de ponerse el sol. Esos días son los mejores para fotografiar la Luna, puesto que no hay mucho contraste y se puede fotografiar sin perder su textura y sus manchas.
Durante varios días fui comprobando que se estaba cumpliendo este hecho, sin embargo en otras localizaciones donde estábamos no nos venía bien fotografiarla. En algún momento volviendo de Hofn pensé en comprobar con Photopills si la Luna saldría en hora azul y si la trayectoria coincidiría de alguna manera con los “Trolls”. Así es como se les conoce a estas rocas, aunque tienen su propio nombre.
Normalmente este tipo de ideas se quedan en eso, en simples ideas. Suele haber algo que molesta, o precisamente ese mes la alineación no coincide, etc…Sin embargo, según Photopills, la foto podría hacerse realidad.
Gracias a que la playa es muy larga y muy amplia podíamos andar hasta situarnos en el punto desde el cual podríamos fotografiar la Luna saliendo por el mar justo entre las rocas. Además, el cielo despejado que habíamos tenido durante todo el día apuntaba a que podríamos verla salir.
Hay que tener en cuenta tres cosas. La primera es que no es fácil ver salir la luna por el horizonte, ya que basta que haya algo de bruma en el mar para taparla. Además, si sale demasiado pronto habría mucha luz y apenas destacaría la Luna. Y por último, llevo años planificando fotos con la Luna pero nunca en Islandia porque el clima allí es tan cambiante que considero que es difícil que el cielo esté limpio justo en ese momento.
Pues bien, se dieron todas las condiciones. Les comenté al grupo que primero fotografiaríamos la puesta de sol y que a partir de cierta hora, quien quisiera fotografiar la salida de la Luna, tendría que venir conmigo.
Al principio éramos 4 o 5 personas y nuestro ritmo era bastante tranquilo. No tengo muy claro si la gente confiaba en que veríamos algo, pero allí estaban. Cuando llevábamos 15 minutos andando y parecía que nunca llegaríamos empecé a ver algo naranja pegado a la base de una de las rocas. ¡Era la Luna! Una vez más Photopills lo había clavado. Nos faltaban unos metros para conseguir centrarla así que empezamos a correr mientras estiraba las patas del trípode. Saqué el teleobjetivo y me puse a disparar como un loco.
La gente estaba nerviosa, pero lo más difícil estaba hecho. Todo había salido a pedir de boca, estábamos en el sitio. Menos mal que la playa era ancha, porque habría sido un problema estar fotografiando con las olas acechando.
Poco a poco fue viniendo más gente del grupo. Aparte de fotografiar la Luna con las rocas intenté meter alguna persona. Conforme pasaban los minutos se iba complicando cada vez más, pero el objetivo estaba cumplido y pudimos llevarnos unas fotografías únicas.
En mi caso utilicé un 70-200mm intentando no disparar con tiempos muy largos para que no se moviera la Luna. Hay que acordarse de quitar el estabilizador de imagen y a ser posible, utilizar un disparador remoto o cable disparador para no tocar la cámara.