Cuando piensas en un viaje a Normandía, seguramente te vienen a la mente los acantilados de Étretat, las playas del desembarco o el imponente Mont Saint-Michel. Pero Normandía es mucho más que eso. Es una región donde la luz cambia a cada instante, donde los cielos dramáticos se funden con campos verdes y pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Un escenario perfecto para quien busca algo más que unas vacaciones: una experiencia fotográfica.
Un viaje fotográfico por la esencia del norte de Francia
Normandía tiene esa cualidad mágica que buscamos todos los que viajamos con una cámara al hombro: lugares con alma, atmósferas cambiantes y rincones que no están en los catálogos turísticos. En septiembre, vuelvo a llevar un grupo reducido de fotógrafos a esta región única. Y como siempre, lo hacemos despacio, con tiempo para explorar, componer y disfrutar del camino.
A continuación, te propongo un itinerario fotográfico de 6 días por algunos de los rincones más bellos de Normandía. Una mezcla de paisajes naturales, pueblos con carácter y localizaciones históricas que te permitirán crear una serie de imágenes coherente y profunda.

Día 1: Rouen, la ciudad de la luz medieval
Comenzamos nuestro viaje fotográfico a Normandía en Rouen, la capital histórica de Alta Normandía. Esta ciudad no solo fue testigo del final de Juana de Arco, sino que también es un lugar que parece flotar entre el pasado y el presente. Caminar por sus calles es como hojear un libro ilustrado de historia.
La Catedral de Notre-Dame, inmortalizada por Monet en su famosa serie pictórica, cambia de tono a cada hora. Las sombras se estiran entre los contrafuertes góticos mientras los turistas se diluyen en la plaza. Aquí es fácil encontrar composiciones equilibradas, juegos de líneas verticales y horizontales, y reflejos que te permiten construir imágenes limpias pero con profundidad narrativa.
Por la tarde, exploramos las calles del casco antiguo, donde la arquitectura normanda se combina con una luz suave y dorada, perfecta para trabajar con tonos cálidos y atmósferas íntimas. El Gros-Horloge, el reloj astronómico del siglo XIV, te reta a jugar con la simetría, las diagonales y los pequeños gestos de los transeúntes.
La Catedral de Notre-Dame, especialmente al atardecer, cuando su fachada parece encenderse.
Las calles del casco antiguo, donde los juegos de líneas y sombras dan mucho juego para fotografía urbana.
El Gros-Horloge, con una composición centrada y simétrica, ideal para empezar la sesión con fuerza.
Consejo fotográfico: Usa un 35mm o 50mm si lo que quieres es callejear por Rouen. Aprovecha los reflejos en los escaparates o los charcos si el suelo está mojado.

Día 2: Acantilados de Étretat, líneas verticales sobre el mar
Tras un breve trayecto hacia la costa, nos encontramos con uno de los paisajes más imponentes del norte de Francia: los acantilados de Étretat. Caminamos por los senderos de los acantilados, buscando ángulos y perspectivas poco comunes, dejando que la vista se pierda en el horizonte. El contraste entre el blanco de la roca caliza, el verde del prado y el azul del mar crea una paleta visual muy poderosa.
Los amaneceres en Étretat son especialmente inspiradores: Desde los acantilados puedes disfrutar de los diferentes colores que va tomando el cielo.
Qué fotografiar:
El Arco de la Aguja (L’Aiguille) desde el sendero que bordea el acantilado.
Los pescadores y caminantes que aportan escala a tus composiciones.
El contraste entre la roca blanca y el mar azul desde un dron, si llevas uno.
Consejo fotográfico: Madruga para subir al acantilado y fotografiar el arco y la aguja con el color del amanecer al fondo.
Día 3: Honfleur, el puerto de los impresionistas
Honfleur es uno de esos lugares donde el tiempo parece haberse detenido en el siglo XIX. Este pequeño puerto pesquero, que fue inspiración para los primeros impresionistas, es un escenario perfecto para quien busca capturar belleza, historia y vida cotidiana en un solo encuadre.
Durante la mañana, fotografiamos el Vieux Bassin, ese puerto antiguo rodeado de casas estrechas y coloridas, reflejadas en el agua como en un lienzo. Cada barco atracado, cada red enrollada, cada gaviota posada, añade una capa más a nuestras imágenes. Es el lugar ideal para explorar la composición a través de los reflejos, la simetría rota y los juegos de color.
Por la tarde nos adentramos en las calles interiores, donde las tiendas de artistas, los mercados locales y las iglesias normandas nos regalan nuevas oportunidades fotográficas. Aquí el ritmo baja, y nos permite experimentar con el detalle: texturas de puertas, manos que trabajan, escenas de café.
Qué fotografiar:
Las fachadas del Vieux Bassin, reflejadas en el agua del puerto al atardecer.
El mercado tradicional, donde puedes practicar fotografía de calle.
Detalles de barcas, redes y texturas que enriquecen tu serie fotográfica.
Consejo fotográfico: Cambia el gran angular por una focal media o larga y céntrate en aislar detalles. Dirígete al puerto y juega con las fachadas y su reflejo en el agua.

Día 4: Las playas del desembarco
El cuarto día lo dedicamos a una experiencia diferente. Aquí, la fotografía no busca tanto la belleza como la memoria. Recorremos las playas del desembarco del Día D: Omaha, Utah, Juno, cada una con su carga simbólica y emocional.
El viento, la niebla, el silencio que domina estos espacios… todo contribuye a una atmósfera cargada. Y es precisamente esa atmósfera la que tratamos de capturar. Trabajamos con composiciones limpias, horizontes bajos, líneas solitarias. Dejamos que el paisaje hable por sí solo.
También nos detenemos en museos al aire libre, restos de bunkers, memoriales. Aprendemos a trabajar con la luz suave que suele cubrir esta costa y que permite imágenes más introspectivas, más meditadas.
Qué fotografiar:
Las líneas del horizonte con niebla o cielo dramático.
Restos de bunkers y memoriales con luz suave.
Siluetas humanas que contrasten con la inmensidad del paisaje.
Consejo fotográfico: Usa blanco y negro para reforzar el tono emocional. Composición minimalista y diafragmas cerrados para profundidad. Utiliza filtros de densidad neutra para alargar la exposición.

Día 5: Abadía del Mont Saint-Michel, la joya de la corona
Pocas cosas impresionan tanto como ver el Mont Saint-Michel emerger entre la niebla o reflejarse en la marea baja al amanecer. Esta maravilla arquitectónica, que ha sido monasterio, fortaleza y prisión, parece levitar entre marismas cuando la luz lo roza por primera vez.
Dormimos cerca para estar allí muy temprano, antes de la llegada de los turistas. Caminamos por los senderos y plataformas de acceso buscando la mejor perspectiva para capturar su silueta majestuosa. La marea, el cielo, las aves… todo cambia cada minuto, y cada minuto ofrece una nueva fotografía.
Más tarde accedemos al interior, donde las sombras y la luz natural que entra por los ventanales crean escenas de fuerte carga estética. Los claustros, los pasillos, los arcos: todo invita a trabajar con encuadres simétricos y detalles. Ojo a las vistas que hay desde la terraza.
Qué fotografiar:
La silueta del monte con el reflejo en la marea baja.
La arquitectura interior, con juegos de luces en los claustros.
Composiciones simétricas desde los puentes y caminos de acceso.
Consejo fotográfico: Aquí el trípode es tu mejor aliado. Trabaja con larga exposición si hay nubes en movimiento para dar un toque etéreo a tus tomas.
Día 6: Pays d’Auge y el campo normando
Terminamos el viaje en el corazón rural de Normandía, donde la velocidad se detiene por completo. El Pays d’Auge es una tierra de campos verdes, valles suaves y pueblos que conservan intacta su identidad.
Recorremos lugares como Beuvron-en-Auge, considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, o Cambremer, rodeado de manzanos y pequeñas granjas. Aquí, la fotografía cambia de ritmo: volvemos al detalle, a la historia cotidiana, al retrato ambiental si surge la oportunidad.
Es un cierre perfecto para el viaje: un lugar donde reconectar con lo sencillo, con la mirada tranquila y con la belleza sin artificio.
Qué fotografiar:
Casas de entramado de madera entre campos verdes.
Detalles rurales: carretas, flores, utensilios antiguos.
Retratos ambientales de los locales si te animas a interactuar.
Consejo fotográfico: Apuesta por colores naturales y encuadres abiertos. Aquí menos es más: que la sencillez cuente la historia.
Únete a mi próximo viaje fotográfico a Normandía
Esto ha sido sólo un recomendación si quieres visitar Normandía. Sin embargo, en septiembre organizo un nuevo viaje fotográfico a Normandía y Bretaña. En este viaje partiremos desde París, rumbo a Etretat y empezamos a disfrutar de Normandía. Poco a poco iremos bajando hasta llegar a Bretaña, otra región muy fotogénica, llena de faros y multitud de pueblos medievales.
El viaje será para un grupo pequeño, con localizaciones pensadas para fotografiar tranquilamente, siempre con mi asistencia durante todo el viaje y, sobre todo, con una manera diferente de viajar: con los ojos abiertos, atentos al detalle, dejando que la luz nos guíe.
Viaje fotográfico a Normandía y Bretaña
📅 Fechas: 19 al 26 de Septiembre 2025
📍 Inicio: París.
📍 Fin: Nantes.
📷 Para quién: No necesitas ser profesional. Solo tener pasión por la fotografía, por viajar y por mirar con intención.
Si estás buscando algo más que un tour turístico, si quieres disfrutar y viajar de otra manera, conocer gente afín a ti, este viaje