¿Hacia dónde va la fotografía?



Hoy toca reflexionar un poco sobre la dirección que está tomando la fotografía y lo que ésta significa para mí. Si no lo has hecho ya, seguramente en algún momento te harás la pregunta. La pregunta de ¿por qué haces fotografías? y no será fácil encontrar una respuesta. Cuando la pienses, sé honesto contigo mismo.

No dejo de ver en redes sociales fotografías espectaculares, increíbles, únicas, maravillosas, lo que hoy en día la gente lo llama fotón. Entiendo que los fotógrafos mostremos lo mejor de nuestro trabajo, pero me da la sensación de que lo que se transmite a la gente aficionada y que está empezando es que lo único que vale son ese tipo de fotografías , y que nosotros los profesionales, solo hacemos fotones.

Yo no creo en esta filosofía, es más, en mi Instagram (@sergioariasfoto) subo fotografías que muestran los lugares y las situaciones vividas. A veces son espectaculares, otras no. ¿Significa eso que las fotos sean malas? para nada.

Puede que el momento fuera más espectacular que lo que se ve en la foto, pero fue una bonita experiencia, poder ver la niebla trepar por la montaña es siempre mágico. Podría haber hecho muchas más fotos, pero me la jugué con una larga exposición para captar el movimiento

Mi intención no es hablar de si ese contenido que no deja de sorprendernos con fotografías increíbles de naturaleza es verídico o no (podéis leer mi artículo: Fotografía de naturaleza, ¿debemos mostrar la realidad? en el que hablo sobre ese tema), sino de que estamos dando a entender que siempre que salimos con la cámara vemos situaciones excepcionales, que el cielo siempre se pone con unos colores espectaculares, que ese rayo cae justo donde queremos, que sobre esa montaña se posa una pedazo Aurora Boreal en el momento en el que pasábamos por allí, etc, etc, etc…y la verdad es que no es así. De hecho, por desgracia empiezo a pensar que la mayoría de fotos están trucadas y lo peor, el público en general asume que esas imágenes son fotografías. Para mí la fotografía es otra cosa.

El aficionado tiene el problema de la frustración doble. La primera por pensar que va a conseguir fotos así fácilmente, infravalorando todo el trabajo y esfuerzo de los profesionales y darse cuenta de que no lo consigue. Y la segunda, por ver que una vez a las mil suceden cosas extraordinarias y da la casualidad de que estás ahí para poder captarlo. Lo más probable cuando salímos es que no encontremos nada, y de ahí que, a pesar de tener una buena planificación previa, necesitemos tener muchas opciones para poder llevarnos una buena fotografía a casa. 

Fotografiar con un drone no es nada fácil. Después de un par de años por fin empecé a disfrutar con él y a sacarle partido, obteniendo buenas fotografías.

Me da la sensación de que hoy en día solo valen esas fotos efectistas y de gran impacto visual, con colores imposibles, más que transmitir un sentimiento o aunar más en la composición.

Todos nos hemos decepcionado cuando hemos visto que no hemos sido capaces de plasmar aquel momento, o que nos hemos perdido esa foto. Creo que poco a poco voy aprendiendo a lidiar con esta sensación, y eso que para mí es fundamental obtener buenas imágenes pero, ¿por qué no usamos esa frustración para motivarnos de cara a la próxima vez? y…¿por qué a veces se nos olvida que hemos tenido el placer de poder vivir ese momento con nuestros propios ojos? ¿acaso esa foto te iba a cambiar la vida?

Para mí, salir en la foto en plan selfie no tiene sentido. Lo importante no soy yo, sino el paisaje, el entorno. Si por lo que sea el sitio tiene algo diferente me gusta salir para crear escala o simplemente para pasar un buen rato haciendo la foto

En mi caso, no siempre consigo una foto espectacular, o incluso a veces, cuando creo que he hecho algo bueno, al verlo en casa tranquilamente en el monitor, me doy cuenta de que no era tan buena como yo pensaba. No se me caen los anillos por reconocerlo, por contar que a veces me equivoco, al fin y al cabo, soy humano. Pero esto, lo único que indica es que hay que seguir trabajando para ser mejor, y que nunca puedes confiarte, nunca des nada por hecho.

¿Con qué me quedo en esas ocasiones en las que he fallado? pues con el momento vivido, no te queda otra. Me quedo con ese momento de luz espectacular que te saca una sonrisa de oreja a oreja, o cuando te cruzaste con ese animalito y no podías dejar de alucinar, con ese rato en el que hacía el tonto delante de la cámara hasta conseguir la foto que quería.

Ojo, a ver si va a parecer que solo disfruto y no me llevo la foto. No. Lo normal es que siempre vuelva con fotografías con las que estoy muy satisfecho, lo cual no significa que siempre me exija más y más.

La foto buena estaba hacia el otro lado, y de hecho la hice, pero aquella noche podías mirar casi a cualquier lado.

En ocasiones esto sucede porque te dejas llevar, sí, te dejas llevar por la emoción o por el momento. Hay quien ante un fenómeno inesperado y mágico se queda perplejo mirando y se le olvida disparar. Otros prefieren disfrutarlo sin más (¿habéis visto la película “La vida secreta de Walter Mitty”?), otros se lo pierden mirando a través del visor. Yo creo que el punto medio es lo ideal, es decir, debes ver con tus ojos todo aquello que es increíblemente bello, disfrutarlo de verdad, ser consciente del momento que estás viviendo, y entonces, en ese momento en el que eres consciente, pensar: “¿cuál sería la mejor manera de fotografiarlo para llevármelo siempre conmigo? para que no solo yo pueda disfrutarlo, sino para que la gente, cuando vea esta fotografía sea capaz de disfrutar aunque solo sea una ínfima parte de lo que lo hice yo”.

¿No creéis que ésta es la esencia de la fotografía de naturaleza? a mí hace mucho tiempo que ya no me vale ver ciertas fotografías que, aunque son brutales, sé que no me muestran nada real, y eso me da pena. En mi humilde opinión, se ha tergiversado el concepto de fotografía. Ya no es lo que era, y dudo que lo vuelva a ser nunca más.

Foto que me hizo Jorge mientras le pedía al mar un poco más de fuerza a las olas

Ser fotógrafo para mí es disfrutar de la experiencia del momento, de esa primera vez que visitas un lugar soñado y no puedes dejar de sonreír, ese rato en el que localizo un lugar buscando la foto, en los que me tiro media hora encontrando el encuadre perfecto. Es ponerme nervioso al tener el privilegio de disfrutar de un momento único y efímero, es emocionarme al ver salir la Luna (The mooooon!) cuando ya no la esperaba. Esperar la ola adecuada dentro del agua o incluso también lo es cuando me pasa por encima de la cabeza, compartir momentos con otras personas, o incluso ayudarles a conseguir su foto.

Todas esas historias son las que me han hecho querer ser fotógrafo, las que hacen que a la vuelta de mis viajes quiera contaros todo lo que me ha sucedido, porque al final, ¿qué es la vida? la vida no son nuestras fotografías, la vida son nuestras experiencias, y cuantas más tengamos, más habremos vivido.

Quiero suscribirme a la newsletter

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.



Sergio Arias

Fotógrafo profesional en Valencia

Fotógrafo especializado en fotografía de viajes, naturaleza y turismo.
Profesor de fotografía que imparte cursos de fotografía en Valencia y Talleres fotográficos de naturaleza. Realizo Viajes fotográficos para aficionados a la fotografía por todo el mundo.

Esta entrada ha sido publicada en Reflexiones y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.