No sé qué tienen las playas con rocas que me atraen tanto. Supongo que será las posibilidades fotográficas que ofrecen y lo divertido que es meterse en el agua y jugar con el movimiento de las olas. En la parte oeste del Algarve se encuentran algunas de las playas más salvajes e inhabitadas de la Península. Un lugar que vale la pena visitar y fotografiar.
Recuerdo mi primera visita a esta zona. Fue un verano caluroso en el que me dí cuenta de que nada tiene que ver el Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo. Empezando por lo fría que está el agua, y siguiendo con las mareas. Fue una experiencia ver cómo una playa cambiaba radicalmente con marea alta y con marea baja. Aumentaban muchísimo las posibilidades de fotografiar la playa.
La orografía de aquellas playas es muy curiosa. Parecen acantilados rotos a trozos. La tierra se acaba sin más, de ahí que para bajar a algunas playas sean necesarias escaleras muy verticales.
En verano, a pesar de lo fría que está el agua te puedes meter descalzo para fotografiar, aunque acabarás con los pies fresquitos. Para cualquier otra época es interesante llevar un vadeador. Esto te evita tener que preocuparte por las olas.
El hecho de que el Sol se ponga por el mar también es algo que me gustó especialmente, acostumbrado a que sea al revés. Y no es que no madrugara esos días, pero es una experiencia diferente.
El agua salada es mortal para la electrónica, así que cuidado con el equipo. Eso sí, el trípode tiene que acabar mojado sí o sí. Incluso es recomendable clavar las patas en la arena. Pero tened cuidado, no os vayáis a quedar con alguna clavada en la arena como le pasó a uno de los asistentes al taller.
Algo que es recomendable es llevar varias gamuzas, pero sobre todo algún tipo de líquido para limpiar la lente o los filtros, ya que el spray del agua te los ensucia. Sino los limpias irás viendo cómo la definición y los colores van mermando poco a poco.
Mi próxima visita será este verano, del 3 al 6 de Septiembre, ya que tengo pendiente visitar nuevos lugares y volver a otros donde no tuve suerte. Pero también será para organizar de nuevo mi taller fotográfico de paisaje en El Algarve.
Ya han pasado unos de años desde que organicé uno de mis talleres de paisaje allí, y la verdad es que estuvo genial. Es hora de volver a visitar estos y otros lugares nuevos, y volver a disfrutar de la fotografía.