En mi escapada otoñal de este año visité un par de lugares idóneos para conseguir esos colores y paisajes tan bonitos y característicos de la temporada. El primero fue el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El segundo la Sierra de Urbasa, donde se encuentra el nacedero del Urederra.
Para fotografiar este bonito lugar había quedado con un par de compañeros de AEFONA, la asociación de fotógrafos de naturaleza a la que pertenezco. En invierno visité esta misma zona y sabía que tenía que volver en Otoño. A pesar del Otoño tan extraño que hemos tenido y la falta de color no defraudó.
Básicamente estuvimos fotografiando el amanecer desde el Balcón de Ubaba (o Balcón de Pilatos) y el resto del tiempo nos metimos en el bosque que lleva al nacedero del Urederra. Para ello hay que dejar el coche en el parking de Baquedano, un pueblecito que sirve de entrada al recorrido.
Me llamó la atención el color que tiene el agua, un azul turquesa proveniente por los sustratos de la roca que va arrastrando la corriente. Esto, unido a la cantidad de hojas que había sobre el río creaba fotos interesantes, sobre todo cuando éstas estaban en movimiento, creando remolinos.
Aquellos días estuvieron despejados, ni una sola nube. Sin embargo, la luz del Sol incidiendo sobre los árboles crean colores intensos. La pega viene cuando estos rayos inciden sobre las numerosas cascadas que hay en la zona, que dificultan tomar fotografías puesto que la espuma que genera el agua se quema.
El frente de frío se avecinaba sobre Urbasa y tras un amanecer espectacular apareció la niebla, algo que me fascina y que da mucho juego para abstraer elementos en el paisaje. Un árbol con una forma que me gustó fue mi sujeto durante bastantes minutos.
En definitiva, vale la pena pasar unos días del Otoño en Urbasa y recorrer cada rincón.