
Durante todo el verano voy a recorrer Europa en coche. Para ello, he estado varios meses organizando cada lugar que quiero visitar. El primero de todos era la Cala dels Frares, en Lloret de mar.
Si no conoces este lugar te lo recomiendo. Lloret de mar es una localidad turística, sobre todo en verano para bañarse, disfrutar del buen tiempo y poco más. Sin embargo, esconde una pequeña cala, diminuta y a priori oculta. Para llegar debes ir hacia la torre del castillo que se encuentra al final del paseo. Deciros que allí no se puede aparcar salvo en un parking, por lo que tendremos que claudicar. Una vez en el parking subes por el camino que rodea la torre y una vez cruzas un arco, bajas por las rocas.
En ningún momento te puedes imaginar el bonito punto de vista que puedes encontrar si llegas al fondo. En esta ocasión, debido a la luz que había me quedé al principio, aprovechando las rocas del primer plano junto con los colores del cielo y la roca con forma triangular del fondo.
La noche se preveía larga por la cantidad de turistas, así que mi plan de intentar la Vía Láctea lo cambié por la Cala Cap Roig. Aquí no había ni un alma, y también menos mosquitos. Una vez se escondió la Luna hice unas pocas fotos junto al árbol que se encuentra sobre la montaña.