A los pocos días de estar en Canadá encontré un lugar impresionante. Sólo había un problema, y es que para llegar hasta allí había que andar bastantes kilómetros. Además, la idea sería quedarse hasta el atardecer y después habría que volver de noche por en medio del bosque sin saber lo que me encontraría.

Pero la fotografía es así, y si quieres conseguir ciertas fotografías tienes que arriesgar.

En mi planning estaba el de visitar varios parques nacionales como Banff, Jasper y Yoho. Sin embargo, encontré esta ruta en otro parque cercano. La idea era llegar por la tarde y aprovechar los rayos de sol al atardecer. Cogí todos los trastos, mochila, palos de trekking, comida y sobre todo, el spray antiosos. Toda la gente que me cruzaba me miraba como diciendo: “Vas en dirección contraria”.

Después de bastantes horas conseguí llegar al sitio, y la verdad es que es impresionante. El esfuerzo fue grande, pero valió la pena, aunque las cosas no salieran como tenía pensado.

El mismo día que aterricé en Canadá se produjo un incendio en el parque nacional de Jasper. Esto provocó que el cielo tuviera una especie de neblina que amortiguaba la luz del sol. La luz cálida que esperaba que iluminara la montaña no apareció. Las pocas nubes que había en el cielo tampoco es que cogieran un color demasiado interesante, de manera que, viendo que tampoco podría hacer fotografía nocturna, decidí volver nada más se pusiera el sol.

Al final no hubo encuentro con ningún oso, pero la vuelta fue dura. Es interesante cómo nos sugestionamos a nosotros mismos, pensando en que nos encontraremos con un oso, cuando en realidad, es poco probable, puesto que la luz de mi frontal lo ahuyentaría.

En fotografía de naturaleza hay que apostar. En ocasiones ganas, otras pierdes. Aunque la experiencia siempre te quedará conmigo.

Si quieres acompañarme a un viaje fotográfico por las montañas Rocosas de Canadá visita mi página web y consulta toda la información. No te preocupes, no habrá que andar ni hacer rutas de senderismo tan duras.