En Abril de este año crucé por primera vez el “charco” con destino EEUU. Cuando empecé a planear el viaje a Nueva York no pensé que finalmente lo alargaría para visitar todos esos parques nacionales tan famosos de la Costa Oeste, lugares míticos como Yosemite, donde el gran Ansel Adams hizo algunas de sus grandes fotografías.

Y así fue como pasé de planear un viaje de tres semanas a Nueva York, a estar otras 3 recorriendo la Costa Oeste. Cuando te pones a planificar los sitios que visitarás empiezas a darte cuenta de que da igual el tiempo que le dediques, te vas a quedar corto sí o sí.

Pero si había un parque que visitaría 100% seguro era Yosemite. ¿Os ha pasado alguna vez que habéis visto una foto y sabíais que iba a ser una de vuestras fotos favoritas? ¿o haber visto una de esas fotos míticas y habéis pensado en que teníais que ir allí?

Cuando empecé a aficionarme a la fotografía de paisaje recuerdo empezar a leer el nombre de un fotógrafo casi siempre que profundizaba un poco. Ese fotógrafo era Ansel Adams. Fue uno de los referentes, de los más importantes, de lo que hicieron fotos míticas.

A pesar de haber visto fotos del parque, y de haber investigado diferentes localizaciones, en todo momento tenía presente una foto. Una foto que no es que quisiera repetir, ya que por un lado no tenía sentido, y por otro no iba a darse el caso. Sin embargo, tenía mucha curiosidad por pisar el mismo suelo en el que Ansel Adams hizo la foto. Tratar de pensar como él, tratar de imaginármelo haciendo la foto. Imaginarme si yo también la habría hecho así. Da igual que hayas visto cientos de fotos de un lugar, no hay nada como estar allí mismo, ver el espacio en tres dimensiones y ya nunca volverá a ser igual.

¿Sabéis de qué foto hablo?

La foto mítica es la del Half Dome y la Luna. De hecho, ahí fue cuando conocí por primera vez el nombre de esa montaña, de hecho, yo no conocía ni esa montaña, ni ese parque.

Si no recuerdo mal, era por la tarde y la Luna se estaba poniendo justo al lado del Half Dome, momento que aprovechó Ansel Adams para fotografiarla con un teleobjetivo. La verdad es que el procesado tiene tanta fuerza, con esas montañas en sombra tan negras, y ese cielo azul tan polarizado que hace que la Luna destaque mucho más.

Me gusta visitar sitios donde han estado antes fotógrafos importantes, es como trasladarse al pasado. Así que allí estaba yo, en el mismo sitio. Ahora tenía que pensar en qué foto haría yo, cual sería mi foto. ¿Sería capaz de hacer alguna foto mítica?

El tiempo fue cambiante, bastante nuboso, pero por las noches despejado, así que traté de aprovechar cada momento. En la pradera había una especie de laguito, aunque me dio la sensación de que no era permanente, por lo que es posible que si vuelvo no esté. A mi me gusta utilizar el gran angular para conseguir paisajes muy amplios, y también me gustan los reflejos, por lo que estaba claro cual iba a ser mi foto. Aproveché que las nubes daban una atmósfera interesante y que no había viento para conseguir un reflejo perfecto de todo el valle. Esta fue mi foto de Yosemite, la foto donde Ansel Adams hizo su mítica foto.

En la época de Ansel Adams no era tan sencillo planificar ese tipo de fotos como lo es ahora mismo. De hecho, si esa foto la hiciéramos hoy en día conseguiría algunos likes, pero no pasaría a ser una foto mítica, ¿no creéis? Y es que, por los motivos que sean, hoy en día es muy difícil que una foto sea mítica o consiga ser considerada como de culto.

¿Será por la creencia que tenemos algunos de pensar que todo lo anterior fue mejor? ¿será porque hoy en día hay millones de personas con cámaras capaces de hacer esa foto? ¿o porque cada día vemos fotografías mucho más espectaculares? Lo cierto es que tanto la era digital como las app como Photopills han conseguido que el nivel fotográfico haya dado un paso de gigante. Creo que antes los fotógrafos hacían fotos de lo que veían, sin embargo actualmente la mayoría de veces hacemos fotografías imaginadas en nuestra mente y planificadas previamente.