Como todos sabréis a estas alturas, hoy es la Superluna llena y hasta dentro de no sé cuántos años no va a repetirse, de manera que todos como locos a fotografiarla. Lo que no sabe la gente es que a simple vista no se va a apreciar ninguna diferencia.
Para conseguir que realmente la Luna parezca más grande de lo que es, es necesario preparar bien la sesión fotográfica. Para ello hay que elegir bien el día, viendo a qué hora saldrá la Luna, a qué hora se pone el Sol, para saber la cantidad de luz ambiente que habrá. También hay que buscar un lugar adecuado, lo suficientemente lejos para podemos fotografiar nuestro sujeto y que nos entre en el encuadre. Y aparte de todo esto, tener suerte para que las condiciones meteorológicas no lo echen todo a perder.
A pesar de que hoy es cuando realmente la Luna está llena, la hora de salida es de las 18:11, es decir, media hora después de ponerse el Sol, lo que significa que el ambiente estará oscuro y la luz que refleja la Luna será mucho mayor, creando demasiado contraste. Ayer, la Luna salía a las 17:25, 20 minutos antes de que se pusiera el Sol, y en la fotografía superior podéis ver cual era la luz a las 17:30.
Lo importante cuando fotografiamos la Luna, y aquí está el quid de la cuestión, es la de conseguir que se vea su textura y a la vez el entorno, es decir, el resto del encuadre. Esto no es un problema cuando fotografiamos la Luna sola. Para conseguir esto lo ideal es hacerlo momentos antes de que se ponga el Sol (si es durante la salida de la Luna) o momentos antes de que salga el Sol (si es durante la puesta de la Luna).
A pesar de tenerlo todo planificado, todo depende de las condiciones climáticas, y en esta ocasión, las nubes bajas del horizonte hicieron que no se viera la Luna salir por el horizonte, lo que trastocó los planes. La Luna se mueve muy rápida y el momento en el que se pudo observar por primera vez estaba más alta de lo que yo buscaba.
La idea era conseguir que la Luna apareciese justo por la curva que formaba el Castillo de Sagunto. Con la distancia focal que estaba utilizando, la Luna se había salido del encuadre por lo que tuve que abrir el encuadre. Esto fue posible al utilizar dos cámaras con dos objetivos distintos, una Canon 5D MkIII con un 400mm más el multiplicador 1.4x, y una Fuji X-T1 con el Tamron 70-200mm con el adaptador correspondiente (recordar el factor de multiplicación del sensor de la Fuji).
Me tocó desplazarme hacia la izquierda y retrasarme un poco para tratar de que la Luna me entrara en el encuadre utilizando la Canon, puesto que cuanto mayor focal más grande se verá la Luna. Tras varios intentos no fue posible, así que se me ocurrió utilizar la función de múltiple exposición de la Canon para fotografiar la Luna que se me había escapada en el cielo, y después fusionarla en la cámara fotografiando el Castillo de Sagunto. La fotografía de portada es una múltiple exposición disparada en cámara y representa lo que yo quería conseguir pero por las condiciones climáticas no pude conseguir.
En muchas ocasiones he escuchado y leído comentarios relacionados con el tamaño de la Luna desde que sale por el horizonte hasta que va ascendiendo. De hecho, aún mucha gente piensa que la Luna varía su tamaño y nada más salir por el horizonte su tamaño es mayor, lo cual no es cierto.
Lo que sucede es que nuestra percepción varía cuando podemos comparar el tamaño de la Luna con algún elemento que se encuentra a ras de suelo. Es un simple ejercicio de escala. Todos nos hacemos una idea del tamaño que tiene un árbol, un edificio, etc…
Un truco para enfatizar esta sensación de gran tamaño es la de utilizar un teleobjetivo. Con un teleobjetivo podemos sacar la Luna bien grande, pero con esto no basta, puesto que si hago una fotografía de la Luna sola en el cielo no tenemos objetos con los que comparar su tamaño. De manera que el momento de fotografiar la Luna es nada más salga por el horizonte. Nos tenemos que colocar muy lejos del objeto que queremos fotografiar para que nos entre en el encuadre. De esta manera, si la idea es fotografiar un edificio junto a la Luna, ésta se verá muy grande comparada con el edificio.
Al final, lo que estamos haciendo es jugar con las proporciones. Si estamos en la ciudad, cerca del mismo edificio, no podremos utilizar un teleobjetivo para fotografiarlo porque estaremos muy cerca y no nos entra en el encuadre. Por lo que necesitamos utilizar un objetivo más angular, y por lo tanto la Luna se verá muy pequeña.
Sólo comparando dos fotografías tomadas con un teleobjetivo en diferentes días del año podremos comprobar realmente si el tamaño de la Luna ha cambiado, y cuánto. Si las ponemos por separado no conseguiremos distinguir el tamaño. Pero, ¿qué pasará si las fusionamos con Photoshop para ver realmente el diámetro de la Luna?
Cogemos las mismas fotografías, invierto la segunda para poder superponer la Luna y comparar el tamaño. La fotografía que vemos a continuación está al 100% del tamaño original, y podemos observar como, en efecto, la Luna de ayer es más grande que la Luna del 5 de marzo de 2015, que es cuando tomé la primera fotografía.
Ahora bien, sólo haciendo esta superposición de imágenes conseguimos ver la diferencia. Por eso me sorprende cómo los telediarios no paran de anunciar este fenómeno como algo extraordinario. De hecho, he llegado a escuchar que una de las ventajas era que no hacía falta telescopio porque se vería a simple vista. Pero vamos a ver, ¿alguno de vosotros necesita telescopio normalmente para apreciar la Luna?