Cuando me pongo a pensar en cómo podría ayudar a la gente con su fotografía de paisaje me viene a la cabeza todo lo relacionado con la técnica, como no. Sin técnica es más difícil que salga lo que quieres. También pienso en la composición, obviamente, ya que es lo que nos va a permitir que nuestras fotografías digan lo que queremos. Pero, ¿hay algo más? ¿Qué tal la motivación?
No voy a hablar ni de técnica, ni de composición. Para lo primero tenéis mis cursos de fotografía. Para lo segundo mi libro “Las bases de la composición”. Hoy quiero hablar de nuestras motivaciones a la hora de fotografiar la naturaleza.
Ya no tengo claro si lo que nos motiva a levantarnos para fotografiar un amanecer es por el hecho de visitar un lugar, vivir una experiencia y poder capturarla con nuestra cámara. O más bien por el hecho de coleccionar trofeos, conseguir likes o conquistar la fama.
Algo que he visto en los últimos años en redes es que en el momento en el que alguien comparte una fotografía muy buena de algún lugar crea una necesidad en los demás por conseguir la misma foto.
Intento explicarme. Cuando miramos una revista de viajes y vemos un reportaje sobre un lugar seguramente nos sentiremos seducidos por viajar a ese lugar, visitarlo y disfrutar de él. Si además eres aficionad@ a la fotografía, seguramente querrás hacerle fotos. Sin embargo, hoy en día tomamos nota de dónde se ha realizado cada fotografía para ir y hacer exactamente la misma fotografía, desde el mismo punto de vista, y si es posible, con la misma luz.
¿Y qué es lo que trato de decir con todo esto? ¿Está mal? ¿Está bien? Dios me libre a mí de juzgar a nadie. Simplemente digo que una cosa es la inspiración y otra copiar. Y no es que copiar sea algo malo, sino que si todos copiamos al final siempre veremos las mismas fotografías de los mismos lugares. ¿Las de quién? Las de la primera persona que fotografió ese lugar.
A lo que voy es que copiar es una manera correcta de aprender. Yo mismo lo recomiendo a mis alumnos, pero copiar tiene el peligro de matar tu creatividad. Si siempre haces las fotos de los demás, tendrás una colección de fotografías impresionantes que en el fondo no te has trabajado. Y aunque, de cara al resto seas un fotógrafo increíble, en el fondo tú sabes la verdad.
En Instagram intento seguir perfiles que me aporten algo nuevo, algo fresco, incluso que me descubran lugares nuevos. Eso es lo que más me gusta, viajar a lugares donde no he estado antes y de esa manera intentar exprimir ese sitio haciendo mis fotografías. Lo que más me cansa de las redes sociales es ver una y otra vez las mismas fotografías de los mismos lugares. Hasta tal punto que me ha llegado a crear cierto rechazo y que de momento no tengo intención de visitarlos.
Las redes sociales forman parte fundamental de esta tendencia que hay ahora de coleccionar fotografías. En vez de apuntar en el mapa lugares que visitar, apuntamos los puntos exactos de las fotografías que hay hacer. Y ojo, no lo critico, ya que yo mismo lo hago, pero, ¿Conocéis realmente el entorno donde habéis hecho la fotografía? ¿O realmente eres un experto en localizaciones puntuales? Muchas veces me he ido de un sitio con la sensación de no haberlo conocido para nada.
Si no estás de acuerdo con mis palabras párate a pensar unos segundos. Piensa en las últimas fotografías que has visto en Instagram y dime cuantas aparecen de un lugar concreto. Después, piensa en la cantidad de personas que han hecho la misma fotografía o el mismo encuadre. Por ejemplo, si te digo “Monument Valley”, “Antelope Canyon”, “Empire State”, “Escaleras del Vaticano”, “playa de Barrika”, “Consuegra”, “Hayedo de Otzarreta”, “Casitas rojas de Lofoten”.
Además, ya no es suficiente con hacer buenas fotografías. Un gran fotógrafo solo realiza fotografías increíbles, espectaculares, de momentos que no volverán a pasar, con luces con las que nunca habíamos soñado. Obviamente todo esto lo digo de manera irónica.
La motivación es el motor de nuestra vida, es la que nos mueve, es la que hace que conduzcamos durante casi dos horas para ver si conseguimos fotografiar la luna aunque el pronóstico diga que estará nublado. Es la que nos mantiene “calientes” aunque estemos a temperaturas bajo cero con un cielo tapado esperando a que abra para fotografiar una Aurora Boreal.
Cuando las motivaciones son las de coleccionar fotografías en vez de experiencias, ¿no crees que algo está empezando a fallar?