Hace unos años visité por primera vez Dinamarca. Fueron unas Pascuas en las que visité Roma y Copenhague. La primera, una ciudad archiconocida y visitada por mí en multitud de ocasiones. La segunda, un gran descubrimiento.

Imagino que la mayoría de la gente que visita esta ciudad lo hace gracias a las fotos de su famoso canal Nyhavn. Sin embargo, aunque la ciudad es pequeña, hay multitud de rincones muy fotogénicos. No sé si fue por la luz que tuve, pero volví encantado y con multitud de grandes fotografías.

Uno de los sitios que tenía que visitar era, por supuesto, la Sirenita. Pero claro, había que ir al amanecer, puesto que el resto del día está lleno de turistas y se hace imposible sacar una foto sin gente. El amanecer que fui estuvo genial, con unos colores e incluso una especie de halo solar alrededor que me sirve para enmarcar la escultura.

Por allí cerca andaba mi amigo Neptuno. También se encontraba a contraluz, así que aproveché para sacar el color anaranjado del amanecer. Cuando hay elementos con formas tan características más vale hacer una silueta. Sino fuera por el tridente se parecería más a Ra, el Dios del Sol. A diferencia de la Sirenita, ésta la hice con un teleobjetivo.

Pero por supuesto, uno de mis objetivos era el canal de Nyhavn. Lo visité varias veces ya que la ciudad es pequeña y se encuentra en el centro de casi todo. Las vistas son preciosas y al atardecer de aquella época era cuando conseguía el sol justo al final. Con un gran angular se consiguen unos puntos de fuga brutales. Los barcos que hay amarrados sirven para darle algo más de interés a la fotografía.

Muy cerca de allí estaba el Palacio Amalienborg, donde vive la familia Real. En esa plaza tengo una anécdota «divertida» con uno de los guardias reales. El primer día me llamaron la atención por plantar el trípode en la plaza. El motivo era que por el tamaño de mi cámara debía ser profesional y no me dejaban hacer fotos. Yo le contesté que el resto de turistas estaban haciendo fotos sin problemas y que el tamaño de la cámara no determina si eres o no profesional. Así que cambió de argumento y lo que no podía era utilizar el trípode, así que lo quité y disparé a pulso.

Cada vez que me ponía en las calles que daban a la plaza veía a los guardias haciendo su recorrido habitual de esquina a esquina. Cada vez que los veía asomarse me temía lo peor.

Un poco más atrás había una fuente desde la cual se veía la iglesia de Mármol al fondo. Todo estaba colocado para conseguir una fotografía simétrica, y es que en esa ciudad se pueden conseguir simetrías muy interesantes. A veces me daba la sensación de que usaba la misma composición en todas las fotografías.

Y si te dabas la vuelta veías la Ópera. Una gozada porque tenías muchas localizaciones a mano, lo que te permitía aprovechar mejor la luz. Aquí hice una larga exposición para tratar de plasmar el movimiento de las nubes que se acercaban a mí.

Copenhague es un sitio al que le saqué mucho partido pero que tengo ganas de volver. Estoy convencido de que se le puede sacar mucho más partido a la ciudad, por no hablar de que con el paso del tiempo vamos evolucionando como fotógrafos.

A sabiendas de que la situación actual es complicada para viajar, he decidido organizar uno de mis talleres de fotografía urbana en Copenhague del 23 al 25 de Julio. Esperemos que poco a poco podamos volver a viajar, y seguir disfrutando de lugares tan bonitos como Copenhague. Si crees que puede interesarte te dejo toda la información en el siguiente enlace: Taller fotográfico en Copenhague.

Si quieres ver más fotografías te dejo un enlace a mi galería de Copenhague