Siempre digo lo mismo, lo importante de aprender la técnica es que una vez la dominas empieza la diversión. Empiezas a disfrutar realmente de cada lugar que visitas, de cada fotografía que haces, sin embargo, la técnica no lo es todo. Para mí, hay dos cosas fundamentales para que una fotografía marque la diferencia: la luz y la composición.

Puede que en otro artículo os hable de la importancia que tiene la luz a la hora de fotografiar. Sin embargo, considero de vital importancia hablar sobre la composición, por ello voy a escribir varios artículos sobre este tema.

Lo primero sería explicar qué es la composición. Ya sé que muchos de vosotros lo tenéis claro, pero hay quien empieza en este fantástico mundo y realmente no saben lo que es.

Voy a intentar dejar claro que la composición intenta evitar los gustos personales de cada uno, aunque es obvio que siempre hay una cierta influencia. No obstante, trata de ser objetiva, es decir, que el autor ha escogido hacer esa fotografía de una manera concreta para que el espectador aprecie lo que él quería transmitir, independientemente de que al espectador le guste más o menos. Es decir, puedo tener una fotografía perfectamente compuesta pero que no a ti no te guste, lo cual no significa que esté mal.

A la hora de hacer una fotografía, el autor tiene multitud de herramientas disponibles. Estas herramientas son todos aquellos elementos visuales que forman la fotografía. Por lo tanto, es necesario escoger la que mejor le vaya en cada ocasión. Para que os hagáis una idea, es como si tuvieras que desatornillar un tornillo con cabeza plana y tuvieras en tu caja de herramientas un destornillador de cabeza plana y otro de estrella. Aquí es obvio cuál elegirías.

Por ejemplo, en paisaje, que es lo que más suelo hacer, elijo momentos en los que la luz genera unos colores que hacen que mis fotografías sean más agradables a la vista del espectador, precisamente porque intento transmitir la belleza del lugar. Si además introduces elementos que hacen que tu foto sea única y diferente, mejor.

Tenemos que tener clara la intención cuando disparamos y tratar de conseguir que la foto muestre lo que queremos. Ojo, hay que tener en cuenta que nosotros sabemos cuál era nuestra intención y puede parecernos evidente a la hora de disparar, pero tenemos que pensar también en el espectador.

La dificultad aumenta cuando no sabemos lo que queremos fotografiar. pero sobre todo cuando tenemos que acotar aquello que mostramos. El mundo está lleno de elementos los cuales no caben en una sola fotografía. De ahí que tengamos que decidir lo que entra y lo que se queda fuera.

Mi consejo para mejorar tu composición es el de centrarte en aquello que realmente te interesa y dejar fuera todo lo que sea prescindible y que no aporte nada al resultado final. De esta manera evitaremos meter “ruido” en la fotografía y por lo tanto, distracciones.

En próximos artículos hablaré sobre otras cuestiones a la hora de componer. Pero si no puedes esperar y tienes ganas de aprender te recomiendo mi libro electrónico “Las bases de la composición”. Es un libro práctico y muy fácil de leer, en el cual aprenderás todo lo necesario para dar tus primeros pasos en la composición y mejorar poco a poco tus fotografías.