Cuando planeas un viaje a los Alpes tienes que intentar delimitar una zona donde localizar posibles lugares interesantes para fotografiar. Dentro de los Alpes Oróbicos, uno de esos lugares era la Presa de Gleno, la cual se rompió 40 días después de su inauguración, por lo que actualmente quedan restos de lo que fue, rodeada de un gran lago entre montañas.
Para llegar hasta la presa hay que ir hasta un pueblo llamado Vilminore di Scalve, aunque una vez allí se puede seguir en coche hasta otro pueblecito más arriba llamado Pianezza. El recorrido no es muy complicado, y su duración es de una hora y media parando un par de veces. Para empezar la subida hay que llegar a la plaza del pueblo y coger el sendero que está marcado.
Empieza la subida, no es muy dura pero el equipo pesa lo suyo. Enfrente está la montaña Presolana, aunque durante todo el día está tapada por una nube en su parte superior. Es una ruta muy turística ya que está lleno de gente que sube y baja, niños incluidos. Después de la primera subida, el camino sigue casi llano rodeando la montaña, viendo la perspectiva de la montaña y de la cascada que viene del lago Gleno, en la presa. Casi llegando se ven los primeros restos de la presa.
Una vez en la presa se observa el camino que hoy en día realiza el agua que baja desde el lago, y al fondo del todo se pueden ver las casas que forman el pueblo.
Hay demasiadas nubes que cubren lo alto de las montañas que rodean el valle. Las montañas son tan altas que las nubes se quedan atrapadas a su paso. Antes de nada, contemplo el lago y realizo algunas fotografías, utilizando el filtro degradado, puesto que las nubes contrastan demasiado con el resto.
Al fondo se puede ver una cascada, así que decido tomar el lado derecho e ir hasta allí. Sin embargo, como la luz no es la que yo buscaba y veo que hay gran cantidad de insectos, decido montar el macro y realizar algunas fotografías. Son especies que no había visto nunca, por lo que intento sacar distintos encuadres. La verdad es que tengo suerte, ya que los bichos se quedan bastante quietos.
Mi idea era la cruzar el río en alguna parte en la que se estrechase para pasar al otro lado, pero conforme me acerco a la cascada hay cada vez más rocas de las llamadas “resbaladizas”, así que ni lo intento.
Un vez en el punto de partida, subo por la parte de atrás hasta la presa buscando algún punto de vista interesante. Al final encuentro uno en el que aparece parte de la presa y el valle al fondo, por lo que intento sacar partido a las nubes realizando largas exposiciones.