Es una de las preguntas más recurrentes que la gente realiza a los fotógrafos profesionales en los últimos tiempos. Después de toda mi vida en Canon, en 2019 decidí cambiar de marca, y puesto que mucha gente me lo pregunta, he decidido explicar por qué a día de hoy Sony tiene la cámara que yo necesito.
Desde que salieron las mirrorless he estado al tanto de cada modelo y siempre que he podido las he probado. El visor digital es lo que me tiraba para atrás, así como la duración de la batería, pero sobre todo lo primero, ya que la experiencia fotográfica no era la misma.
La primera mirrorless que me compré fue la Fujifilm X-T1, la cual utilicé durante varios años como segundo cuerpo, sin darle mucha importancia, siempre de apoyo y casi siempre para retratar lo que veía mientras la Canon estaba a lo suyo, o incluso para fotografiar la Canon dentro del entorno.
Como suelo llevar mucho equipo en mi mochila, y a veces ando por la montaña, decidí que tenía que ahorrar peso, por lo menos algo, así que en cuanto salió la Fuji X-T3 me la compré. El sensor es muy bueno, ya me conocía la marca, así que en principio todo debería salir bien. Cuando ya tenía todo el equipo por duplicado me puse con la Fujifilm como primer cuerpo. Recuero que me la llevé a un viaje a Islandia y empezaron a pasar cosas raras. En otra escapada que hice por el norte no me sentí muy cómodo con el visor y con el manejo, así que estas malas sensaciones hicieron que me desprendiera de todo el equipo Fuji.
Vuelta a empezar, y se me agotaban las opciones. Hasta que se me pasó por la cabeza la Sony a7 III. No la había tenido en cuenta sabiendo lo caro que es todo lo de esta marca. Canon acababa de lanzar su EOS R y Nikon las Z. Había movimiento, pero después de analizar todos los modelos, Sony no era tan cara, sobre todo si tenemos en cuenta que tiene mejores especificaciones que las otras dos. En dzoom escribí un artículo en el que explicaba qué aspectos debíamos tener en cuenta a la hora de comprar una cámara. Las fotografías que utilicé las tomé en Lofoten con la Canon 5D Mark IV, la Canon EOS R y la Sony a7 III. Os dejo el enlace por si queréis pegarle un vistazo: Aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar una cámara
El hecho de que existiera en el mercado un adaptador para poder usar objetivos Canon con AutoFocus hizo que no me lo pensara. Un amigo me la dejó y decidí comprármela.
¿Qué es lo que busco yo en una cámara?
Lo primero es que la experiencia fotográfica siga siendo buena, es decir, que disfrute haciendo fotos con la cámara. El visor es bastante bueno, y a veces se me olvida que es una pantalla. Es cierto que la pantalla no es ni de lejos como la Canon.
El sensor tenía que tener un buen rango dinámico, y teniendo en cuenta que es mejor que la Canon 5D Mark IV, salía ganando.
Pero el punto clave era el ISO. Como cada vez hago más fotografía nocturna y cuando me voy de viaje trato de fotografiar en condiciones extremas de oscuridad, el hecho de tener un rendimiento tan bueno fue algo que me ayudó a decantarme por esta cámara. Además, el tener ISO invariante, cosa que Canon no tiene, marca la diferencia. Esta ventaja me ha permitido conseguir fotos que aparentemente eran oscuras, pero que a la hora de procesar no tenían apenas ruido. Es interesante tanto para fotografía nocturna (principal funcionalidad por la que me la compré) como para situaciones de mucho contraste, ya sea un atardecer a contraluz o en ciudad con las luces de las farolas tan intensas.
Además, en situaciones de luz, el ISO apenas se aprecia, y es algo que me ha ayudado mucho en mi último trabajo realizando un evento, donde la única luz estaba en el escenario, y por lo tanto las gradas de gente se veían negras. Disparando a ISO bajo y levantando sombras me permite obtener detalle en toda la foto.
La batería es otro punto a favor, puesto que vuelvo a olvidarme de ella, cosa que no pasaba con la Canon 5D Mark IV, que consumía demasiada energía.
Respecto al tamaño y al peso, es cierto que el peso se ha reducido aunque no mucho. Es cierto que he escogido objetivos más ligeros, por lo que al final algo he ahorrado. En cuanto al tamaño sí se nota, ya que puedo poner la cámara en cualquier compartimento de la mochila.
Como anécdota diré que me fastidia que la Sony a7 III no tenga temporizador, cosa que por fin tenía la Canon 5D Mark IV, con lo que vuelvo a necesitar de intervalómetros externos.
Como veis, no existe la cámara perfecta para nadie, de hecho, no existe la cámara perfecta en general, pero hay que tratar de encontrar la que mejor se adapte a lo que tú necesitas.