Recuerdo cuando empecé a hacer fotos de paisaje hace muchos años que los resultados que obtenía no se parecían en nada a las fotos que hacían los profesionales. Lo primero, porque no tenía ni idea de hacer fotos, no tenía técnica, la composición no sabía lo que era y por supuesto, no sabía que existía una cosa llamada filtros sin los cuales, el resultado varía una barbaridad.
Con la cantidad de información que hay hoy en día en internet es difícil acordarse de aquella página en la que leíste algo que te resultó interesante, pero sobre todo, es difícil no encontrar respuesta a tus preguntas.
A lo largo de los años no sé cuantas horas me habré pasado leyendo artículos por internet. Recuerdo que los fines de semana se me hacían las tantas. Me ponía a leer un artículo y de ahí salían unas cuantas dudas. Por cada duda abría una nueva ventana del navegador, de manera que acababa con decenas de ellas. Creo que ahí empecé a tener déficit de atención porque horas más tarde no recordaba cómo había llegado allí, :-).
Os cuento todo esto porque recuerdo perfectamente el artículo que leí donde hablaban de los filtros, e incluso te recomendaban qué filtros comprar. Era este artículo de Rosa Isabel Vazquez, curiosamente la autora del libro que me estoy leyendo ahora: “El proyecto fotográfico personal”.
En el momento en el que empecé a utilizar filtros me di cuenta de que mis fotografías de paisaje empezaron a tener mucha más calidad. A día de hoy se me hace difícil salir a hacer fotos sin ellos. De hecho, creo que solamente una vez me puse a hacer fotos ya que no los llevaba encima y la verdad es que lo noté. Las fotos salen, pero no salen igual.
El otro día quería hacer unas pruebas y como viene siendo habitual me fui a la Albufera para hacerlas. El atardecer fue bonito, como la mayoría, así que el resultado fue genial. Como siempre, utilicé mi filtro inverso de 3 pasos. Siempre llevo mi mochila de filtros con 6 filtros pero lo cierto es que con este filtro podría sobrevivir en el 80% de situaciones.
Cuando ya había recogido quise repetir una foto, pero no tuve ganas de volver a desplegar el trípode, ni por supuesto poner el portafiltros y el filtro. En realidad la foto de la tarde ya la había hecho, tan sólo quería hacer una última prueba y para ello podía disparar a pulso, pero al ver el resultado me ha recordado qué es lo que pasa cuando no los uso.
A continuación os dejo las fotos que he puesto más arriba pero sin procesar, directas de cámara. La primera es en la que usé el filtro inverso y la segunda a pulso sin filtros.
Creo que salta a la vista lo que pueden hacer los filtros, ¿verdad?