Cuando uno empieza en la fotografía, es fácil perderse entre parámetros, estilos y consejos contradictorios.
Pero hay algo que siempre ayuda a encontrar el camino:
Tener buenos referentes.
Hoy quiero compartir tres nombres que, sin saberlo, marcaron mi evolución como fotógrafo.
Tres formas de ver, sentir y enseñar la fotografía totalmente diferentes.
Y tres libros que conservo como oro en paño.
1. José María Mellado – La técnica y el revelado
El nombre de José María Mellado está grabado en la historia del procesado fotográfico moderno.
Mucho antes de que existieran tutoriales en YouTube, él ya había creado métodos claros para que los fotógrafos pudieran entender, controlar y procesar sus imágenes con precisión.
Sus libros no solo explican qué es un histograma o cómo ajustarlo. Lo que realmente aportan es una forma de pensar la imagen con intención técnica.
El libro que me enseñó a tener mayor claridad con todo el tema del revelado fue
Fotografía de alta calidad
Una guía práctica y profunda sobre el flujo de trabajo y el revelado digital.

2. José Benito Ruiz – El fotógrafo más purista que conozco.
Pocos fotógrafos entienden la naturaleza y la composición como José Benito Ruiz.
Su enfoque va más allá de la técnica: es una cuestión de ética visual. De estar al servicio de la escena, y no al revés.
No es solo saber dónde colocar los elementos, sino por qué hacerlo así y no de otra forma.
La composición, para él, es una forma de contar la verdad de lo que ves.
Y, aunque tiene muchos libros sobre composición, su primer libro fue el que me abrió los ojos.
Una obra imprescindible para entender el arte de ordenar el caos visual.

3. Michael Kenna – El gran maestro del blanco y negro.
Michael Kenna tiene esa capacidad que solo unos pocos fotógrafos logran:
ve una gran foto donde nadie más la ve.
Sus paisajes en blanco y negro no solo están hechos de luz y sombra, sino también de pausa, misterio y contemplación.
Su conexión con el entorno, con la naturaleza, es tan grande que es capaz de estar horas, días y semanas para conseguir plasmarlo de la mejor forma posible.
Sus fotos invitan a observar con calma.
A entender que, muchas veces, lo que no se ve también forma parte de la imagen.
Michael Kenna: Images of Seventh Day
Un lugar donde vuelvo una y otra vez a buscar inspiración.

¿Por qué volver a los referentes?
Porque la fotografía no se aprende solo haciendo fotos.
Se aprende mirando, leyendo, entendiendo a los que vinieron antes.
Estos tres autores me enseñaron a mirar de otra manera.
Y quizás, si los exploras con calma, también te ayuden a dar ese salto que estás buscando.
¿Tienes tú algún referente que te haya marcado como fotógrafo?
Te leo en los comentarios.